Los conflictos pueden ser de orden
interpersonal (propios del "yo") o interpersonal (propios de un grupo de
personas que forman una organización).
Existen algunas condiciones que predisponen para el conflicto:
1. Diferenciación de actividades:
"los objetivos e intereses diferentes
(inclusive los antagónicos) tienden a provocar conflictos".
2. Recursos compartidos: la
necesidad de repartir recursos que
de por sí son escasos puede generar luchas de intereses ante la necesidad de
cumplir metas u objetivos.
3. Actividades interdependientes:
"Cuando los grupos se
vuelven altamente interdependientes, surgen oportunidades para que un grupo
auxilie o perjudique el trabajo de
otros".
Por conflicto se entiende aquella
situación en la que dos o más partes están en desacuerdo entre sí. El
desacuerdo puede ser multicausal y dentro de una organización, dicho conflicto
genera dos consecuencias básicas: ineficiencia e inefectividad. La ineficiencia puede abarcar
desde una interferencia mínima en las operaciones de
la compañía, hasta la aparición de serias disfunciones que atentan contra la
efectividad de la organización (obstaculización en el logro de los objetivos
propios de la organización a través de los procesos internos que le son
propios).
Con respecto a las dimensiones del conflicto
laboral, existe una cierta confusión en cuanto a las causas y las
manifestaciones, y en ciertos casos estas tienden a confundirse. De cualquier
modo, dentro de este trabajo dicha dificultad será obviada y se expondrá cada tipo de
conflicto de acuerdo a su contexto particular y a las implicaciones que
encierran las interacciones de las partes envueltas en la confrontación.
A grandes rasgos, algunos de los
principales conflictos dentro de la organización son:
2. Conflictos entre jefes de
departamento.
3. Conflictos entre el jefe y sus
subordinados (y viceversa).
4. Conflictos entre personas de un
mismo departamento.
5. Conflicto entre los objetivos de
la organización y los objetivos individuales de sus miembros.
6. Conflicto entre el individuo y
su trabajo.
En
las organizaciones contemporáneas. Se basa en una perspectiva sistémica que
concibe a la organización como un ‘todo’ en el que sus partes se encuentran relacionadas
y en el que la presencia de conflictos, más que una dificultad, es una
oportunidad de evolucionar hacia un nuevo orden más complejo y dinámico.
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